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¿Cuánto valen los bosques y glaciares de la Región de Aysén?

8 de noviembre de 2023

César Guala Catalán, director Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile. Annelore Hoffens W., directora de Comunicaciones Programa Austral Patagonia

¿Cuánto vale la naturaleza? Es una gran pregunta que nunca podremos responder completamente. La naturaleza es un patrimonio que, a diferencia de otros, no necesariamente se mide en dinero: el bienestar y felicidad que nos produce son inconmensurables, al igual que la satisfacción espiritual, el aprecio estético y la recreación, entre otros servicios ecosistémicos intangibles que provee.

El problema es que, al no ser mensurables y no dialogar con los códigos del mercado, a estos servicios no se les reconoce la importancia y valor que realmente tienen para las economías y sociedades de los países. Sin embargo, hay otras funciones o servicios ambientales que, en mayor o menor medida, sí conversan con la lógica del capital, permitiendo poner cifras a su valor y, con ello, ayudan a los países a dimensionar cuánto vale su capital natural, cuánto dinero perderían si se deteriorara o desapareciera, o cuánto dinero tendrían que invertir para sustituir las funciones ambientales que dejarían de proveer los ecosistemas.

Como es de suponer, esa información es del todo clave para tomar buenas decisiones en el ámbito de las políticas públicas y, de hecho, es una de las recomendaciones hechas por la OCDE a sus países miembros.

Chile no se ha quedado atrás en esta tendencia mundial de valorizar económicamente los servicios ecosistémicos y un aporte en ese sentido es el reciente estudio realizado por el Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, que analizó los ecosistemas de siete parques nacionales de la Región de Aysén, determinando el valor mínimo de sus servicios.

Aplicando una herramienta empírica que calcula el valor económico del flujo anual de los servicios ecosistémicos, el estudio logró definir que el valor mínimo estimado para esos parques en conjunto es de casi 5 mil millones de dólares anuales, equivalentes al 1,5% del PIB nacional del año 2022. De todos los ecosistemas analizados, los bosques nativos adultos, junto a los glaciares y campos de hielo, fueron aquellos con mayor valoración, dados sus servicios de provisión de alimentos y fibras, y de regulación hídrica, respectivamente.

El ejercicio realizado a lo largo del estudio permite saber, por ejemplo, que si desaparecieran las nieves y glaciares del Parque Nacional Laguna San Rafael, existiría una pérdida de, al menos, 980 millones de dólares por los servicios que estos ecosistemas proveen. O, bien, si desaparecieran los bosques del Parque Nacional Isla Magdalena, se perderían, al menos, 591.749 millones de dólares. Esas cifras representan pisos mínimos de valor y dan cuenta de lo que tendría que invertir de vuelta el Estado para intentar sustituir los servicios ecosistémicos de estos ecosistemas, en caso de su pérdida o degradación.

Pero además de estos ejemplos, ¿cuánto tendría que invertir el Estado para sustituir la función de purificación de agua de los humedales, o de control de erosión y formación de suelo de los bosques nativos? Hablamos de cifras enormes, sobre la base de las cuales los países debieran sustentar sus decisiones en cuanto a los esfuerzos de protección de determinados ecosistemas. Es mucho más costosa la restauración que la prevención.

Dicho eso, es del todo pertinente mencionar que un estudio anterior de este programa calculó que el presupuesto que destina el Estado al manejo de 18 parques nacionales pertenecientes a su Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) debía aumentar en casi un 100% para poder hacer una gestión efectiva de estas áreas y garantizar la conservación de sus ecosistemas. Es sumamente preocupante, entonces, que el proyecto de Ley de Presupuesto 2024, actualmente en discusión, proponga aumentar la dotación económica destinada a las Áreas Silvestres Protegidas del Estado en un 0,9% en relación con el presente año.

Lo que está en juego es determinante para el futuro social, ambiental y económico del país. Por algo, en enero de este año el Gobierno anunció la creación del Comité de Capital Natural, presidido por representantes de los ministerios del Medio Ambiente, Hacienda y Economía, Fomento y Turismo, así como del Banco Central, quienes tienen como misión generar información y conocimiento ambiental en clave económica para la toma de decisiones financieras de presupuesto público y productivas, justo el tipo de información que exponemos aquí (y que se pueden profundizar en el informe final del estudio).

¿Cuánto vale la naturaleza? Imposible de responder, pero al menos sí nos hemos acercado a conocer la magnitud del valor mínimo de algunos parques nacionales, cuyos ecosistemas ameritan una inversión en gestión acorde con los aportes que hacen a los habitantes de Chile y la humanidad entera.

Lea el estudio de la UACH

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