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Conservación a escala local

Comunidades Indígenas de la Patagonia costera se reúnen en curso sobre Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios ECMPO

24 de julio de 2023

Durante la primera semana del mes de julio, líderes y dirigentes de comunidades indígenas de diversas regiones y localidades de la Patagonia marina se reunieron en Puerto Montt para participar de la segunda versión del curso “Comunidades indígenas de la Patagonia Costera, tras la conservación de los recursos comunes y usos consuetudinarios”, un espacio de formación coordinado por el Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, que aborda diversos aspectos históricos, culturales, técnicos y científicos para la implementación de los Espacios Costero Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO).

El curso, dirigido especialmente a aquellas comunidades que están en procesos de solicitud de ECMPO en sus territorios, o que buscan conocer más sobre esta figura y su propuesta de gobernanza y administración, se desarrolló durante cuatro días a lo largo de los cuales se debatió y reflexionó en torno a esta figura de administración.

Ricardo Álvarez, antropólogo y responsable del área Conservación a Escala Local del Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, fue uno de los coordinadores de esta instancia, y destacó la importancia de implementar figuras como las ECMPO, en tanto permiten validar los modelos de vida de carácter consuetudinario que tienen un impacto positivo sobre la naturaleza y sus servicios ecosistémicos, así como diversas estrategias implementadas por las comunidades para habitar la zona costera: “Esta figura tiene un alcance tremendamente potente a nivel nacional y global: promover un horizonte de desarrollo inclusivo común frente a un escenario que ha excluido crónicamente a los pueblos originarios a través de la historia”.

Los ECMPOs como figura de administración, surgen en Chile el año 2008 a partir de la aprobación de la ley 20.249 -o Ley Lafkenche- que legitima la presencia y usos tradicionales de las comunidades indígenas en el entorno marino costero. Son definidos como “espacio marino delimitado, cuya administración es entregada a comunidades indígenas o asociaciones de ellas, cuyos integrantes han ejercido el uso consuetudinario de dicho espacio”. Esto implica que, para delimitar un área costera marina a ser resguardada, una comunidad debe explicitar las costumbres que se ejercen allí, ya sea de recolección, entendimiento, contemplación, entre muchas otras.

“Este curso ha sido muy oportuno para las personas que están encabezando solicitudes ECMPO. Los dirigentes se van con muchos insumos, muchas herramientas que les van a permitir llevar aclaraciones a los territorios de donde ellos vienen, y no solo a las comunidades asociadas a sus ECMPO, sino también a las comunidades vinculadas al territorio, entiéndase, comunidades de pescadores artesanales, comunidades también de la actividad económica, incluso de la industria. Si se entiende bien esta ley, es una oportunidad para convivir de buena manera entre los distintos actores, para cuidar el territorio”, señala Adolfo Millabur, dirigente de gran trayectoria que fue parte del proceso de creación de la ley 29.249, y relator invitado para el curso este año.

El curso contó con un cuerpo docente de ocho relatores, con diversas expertises y trayectorias nacionales, destacando la participación de líderes mapuche lafkenche, técnicos de gran experiencia apoyando la Ley Lafkenche, así como académicos y científicos de la Universidad Austral de Chile; además, de las gestiones de Yohana Coñuecar, como coordinadora intercultural, y a Bernardo Pardo, como coordinador académico.

“El trabajo que está haciendo la universidad es sumamente importante y ojalá que otras instituciones también se sumen para poder apoyar y acompañar a las comunidades, porque mucha falta hace para poder seguir difundiendo y profundizando esta ley que es nuestra, que es propia. Esta ley fue trabajada desde nosotros mismos, como dirigentes de base. Nosotros hemos levantado esta ley”, agrega Pérsida Cheuquenao, relatora del curso por segundo año consecutivo, destacada dirigente de Identidad Territorial Lafkenche especializada en derechos humanos en contexto intercultural, quien -además- mantuvo un rol activo en la elaboración y posterior implementación de la Ley 20.249.

 

Nuevas generaciones se suman a la defensa de los Espacios Costeros Marinos

Lo extenso del trámite y la falta de información en cada una de las etapas que debe cursar una solicitud ha generado que, desde la promulgación de la ley a la fecha, se hayan tramitado más de 100 solicitudes y solo 12 cuenten con convenio de uso o plan de administración aprobado. Con el paso del tiempo, nuevas generaciones comienzan a sumarse a los procesos de solicitud y tramitación de estos espacios costeros. Karla Parancán es una de las líderes jóvenes que se sumó al curso desde Hornopirén, representando al territorio de Hualaihue: «Me parece que estas instancias son super buenas porque uno tiene la posibilidad de conocer la ley en sí, y también a los actores que realizaron esta ley. Este curso, así como fue construido, con la gente que llevó a cabo estos procesos, en conjunto con los técnicos, me parece una oportunidad tremenda para conocer en completo esta ley de Espacios costeros de Pueblos Originarios» señala.

Sebastián Villegas, desde la comunidad de Buil, es otro de los integrantes más jóvenes del curso, y comparte su mirada “Nosotros somos parte de la comunidad y apoyamos a nuestro presidente, porque queremos que Buil surja, no destruyéndose sino manteniendo la hermosa naturaleza que tiene. Está bien surgir, pero miren lo que están haciendo. ¿Qué va a pasar más adelante? Hay lugares que eran hermosos antes, la gente convivía, y ahora ya no es así, ya nadie se habla, ya nadie conversa. Allá en Buill se juntan personas para ir a la marisca, van a mariscar entre todos, y se forma una alianza. Pero eso ya no está ocurriendo. Yo lo veo por el tema natural, cuando vengan sus hijos, cuando ya no puedan arreglarlo, recién se van a dar cuenta del daño que hicieron y no van a poder cambiarlo, va a ser muy tarde”, señala.

«Todo dentro de la cultura tiene un proceso de ser. No pueden para siempre estar luchando las chachai y los papai. Es una buena instancia para que los jóvenes dentro de las comunidades se puedan empezar a involucrar un poco más y aprender, como así aprendemos dentro de nuestras comunidades, este rol más político, también hay que aprenderlo. Y qué bueno que pueda ser así, de la mano de la misma gente. Siento esa responsabilidad de transmitir eso», cierra Karla.

El trabajo con la naturaleza desde una cosmovisión indígena

Durante los cuatro días que duró el curso, las y los participantes pudieron compartir y reflexionar en torno a una preocupación común, de cómo visibilizar la importancia de hacer uso del territorio desde una cosmovisión indígena para protegerlo. Desde esta mirada, según explica Millabur, es crucial la inclusión de una multiplicidad de actores -y de vidas- que conviven en el territorio, pero también, y sobre todo, implica resguardar una cultura con diversos valores ético-normativos que protegen a la naturaleza desde un paradigma diferente: “En la cosmovisión mapuche hay una serie de conceptos que son muy importantes para revalorar, entender y tratar de aplicar. El concepto de itrofilmognen, significa “todas las formas de vida”. Dice que existen muchas vidas interdependientes. En la ecología actual, cuando yo escucho a los medioambientalistas y defensores de la naturaleza, los encuentro muy convencidos de lo que hacen pero, bajo una lógica muy piramidal, muy desde el paternalismo. El ser humano se atreve a decir que cuida la naturaleza, que cuida el mar, que cuida el río, que cuida la ballena. Pero cuando me dicen eso pienso: ¿qué tan capaz es el ser humano de cuidar una cosa que es mucho más grande que nosotros? El mapuche dice “respetar la naturaleza”: respetar los ciclos de vida, respetar a los otros como un otro con vida, el mar tiene vida. No son cosas, pero la lógica occidental dice “la cosa”. Entonces ahí hay una contradicción. Entonces es bueno comenzar a conceptualizar desde el respeto. Porque cuando uno empieza a respetar al otro, ya sea persona, sea pez, sea mar, sea todo lo que tiene vida, consigo viene el cuidado. Yo creo que hay que respetar el ciclo de vida, lo que hay ahí y, por cierto, con ello viene el equilibrio”, explica Millabur.

Es por ello que Florencia Diestre, parte del equipo de Conservación a Escala local del Programa Austral Patagonia, y una de las coordinadoras del curso, plantea que los usos consuetudinarios, tal como se retrataron en el curso, son costumbres y prácticas que “sostienen valores y maneras de entender, respetar y relacionarse con todas las vidas que forman parte de los territorios. El resguardo de estas costumbres beneficia directamente a la naturaleza impulsando estándares de convivencia y facilitando su reproducción”.

Al cerrar, las y los participantes agradecieron la posibilidad de compartir sus experiencias y conocerse a lo largo de este curso, reconociendo un deseo colectivo de tomar todo lo aprendido para ayudar a mejorar las condiciones de vida de sus comunidades y la conservación de sus territorios: «El curso ha sido de mucha enseñanza. Yo no vine con una expectativa tan grande como con la que me voy. Tenemos varias ideas, pero nos faltaba la información para apoyar en la comunidad y así hacerla que surja. Al principio vine con esa intención, de aprender para apoyar, pero aprendí más de lo que pensé, me interesó demasiado, los lazos que hice, conocer a los que hicieron la ley, que nos compartan sus historias y todo lo demás, fue algo muy enriquecedor”, cierra Sebastián Villegas.

Esta instancia, organizada por el Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, es parte de la actual oferta programática de la recientemente creada Academia de Áreas Protegidas y Comunidades, del mismo programa.

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