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Francisco Cárdenas: “Es bonito que la gente de Cerro Castillo sienta que el huemul es parte de la comunidad”

31 de julio de 2024

Día Internacional del Guardaparque

En las cercanías de la laguna Chiguay, ubicada en el Parque Nacional Cerro Castillo, entre muchas especies habitan zorrinos y zorros que en invierno ponen todos sus esfuerzos en encontrar un refugio y alimento. En esa búsqueda, una mañana, un zorro culpeo intentó atacar a un zorrino o chingue patagónico que, en su defensa, decidió entrar a la casa de uno de los guardaparques del área, expulsando su particular y potente gas. Francisco, el guardaparque, lleva una semana sin poder entrar a su casa.

Francisco Cárdenas Ulloa lleva 16 años siendo guardaparque de la Corporación Nacional Forestal (CONAF). De ellos, los últimos 8 los ha pasado en el Parque Nacional Cerro Castillo,  a 57 kilómetros de Coyhaique, en la Región de Aysén,

“Ha significado un desafío muy grande”, comenta. Monitoreos, educación ambiental y controles para evitar incendios y atropellos a fauna, son algunas de las misiones que tienen los funcionarios de CONAF dentro de este parque que cuenta con una superficie de 143.502 hectáreas. “No es de los más grandes, pero es potente. Gracias a las salidas a terrenos hemos podido conocer aproximadamente el 90% del lugar. Esto nos hace ser unos de los pocos funcionarios que conoce casi completamente el área en la que trabaja, en la Región de Aysén”, señala.

El Parque Nacional Cerro Castillo cumplió 54 años como Área Silvestre Protegida. Empezó siendo reserva, pero en 2018 fue recategorizado como parque nacional. Cárdenas cuenta que lo primero que hizo cuando llegó a trabajar a esta área fue recorrer el lugar y hablar con los vecinos y vecinas, para poder conocer las problemáticas presentes. Estas estaban asociadas principalmente a la ganadería.

Huemul (Hippocamelus bisulcus) – Francisco Cárdenas

“El desafío principal ha sido trabajar en conjunto con las comunidades aledañas, con las agrupaciones campesinas, e incluso con grupos de escaladores. Es difícil llegar a acuerdos con todos”, expresa el guardaparque. Dice que comenzaron a realizar educación ambiental en colegios y con personas de las comunidades, y comenta que con los años el cambio es notable. “La gente ya se empoderó del huemul, por ejemplo. Dicen ‘es de nosotros, de Cerro Castillo’. Entonces ya nos ayudan a protegerlo, principalmente los niños. Es bonito que la gente de Cerro Castillo sienta que el huemul es parte de la comunidad”, agrega.

En ese sentido, Francisco destaca lo fundamental que ha sido la postulación del Parque Nacional Cerro Castillo a la certificación Lista Verde de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Se trata de un estándar internacional de gestión de áreas protegidas, al que pueden postular las áreas que desean mejorar su gestión para, finalmente, lograr la certificación que les permitirá formar parte de la Lista Verde de Áreas Protegidas y Conservadas del mundo. Este estándar cuenta con 50 indicadores en diversos ámbitos, siendo la participación e integración de la comunidad en la gestión del área, uno de ellos. “El proceso de certificación del parque ha sido muy importante. Una de las brechas que inicialmente identificamos para hacer una buena gestión, era la falta de comunicación con la comunidad, la difusión de lo que se hacía y pasaba en el parque. Ahora, hemos logrado visibilizar mucho más el trabajo”, señala.

Ejemplo de ello es lo que ocurre con el monitoreo. Los guardaparques generalmente caminan 60 km en solo dos días para la instalación y revisión de cámaras trampa. En ese recorrido tienen diferentes dificultades: cruzan portezuelos en la alta montaña, no tienen señal y cargan peso como alimento, equipo de acampada, elementos de trabajo (cámaras trampa, binoculares, GPS, etc.). Cárdenas dice que la información obtenida en esas salidas la comparten con la comunidad. “Esto es algo que a la gente le llama mucho la atención y abre una ventana para que vean nuestro trabajo, que estamos haciendo cosas para la conservación. Incluso, los más interesados se suman a nuestras salidas”, cuenta Cárdenas.

“Les compartimos los resultados del fotomonitoreo, les mostramos imágenes y les hablamos de las especies que habitan en el parque”, señala Francisco. Esto lo hacen en las reuniones periódicas que tiene el Consejo Consultivo, un espacio de trabajo que reactivaron el año pasado, luego de su pausa por la pandemia del COVID 19, y que es conformado por representantes de las comunidades aledañas: Balmaceda, Villa Frei, Coyhaique, Puerto Ibáñez y de Cerro Castillo; además de representantes de organizaciones como Acceso PanAm, Programa Austral Patagonia – UACh, Fundación Áreas Protegidas, Fundación Rewilding Chile, personas naturales, la asociación de guías, organizaciones de turismo, entre otros.

Guiña melánica (Leopardus guigna guigna) – Francisco Cárdenas

Además de huemules, las cámaras trampa han permitido confirmar la presencia de cuatro felinos en el parque. Hasta 2022 se tenían registros del puma y el gato de Geoffroy, a los que ese año se sumaron el gato guiña y colocolo. “Esa información fue buenísima”, expresa. La presencia de estas especies indican el buen estado de conservación del parque, ya que en total existen cinco felinos en territorio nacional, donde el quinto corresponde al gato andino, cuya distribución es la zona norte.

Lidiando con las amenazas

En el parque hay una carretera que cruza el área en 25 km, poniendo en riesgo a uno de los objetos principales de conservación del parque, el Hippocamelus bisulcus, el huemul. “Uno de nuestros desafíos es disminuir la cantidad de atropellos que sufre esta especie. Hemos hecho diferentes acciones, como controles carreteros para evitar estos atropellos, reuniones con el Ministerio de Obras Públicas para disminuir la velocidad de 100 km/h a 60 y, por ejemplo, lo más probable es que pronto se coloque una señalética alusiva al huemul”. También les ha tocado atender huemules que son atacados por perros y que, muchas veces, han tenido que sacrificar por estar en muy malas condiciones, muy heridos. “Es difícil. Es un tema delicado que a nosotros no nos gustaría vivir”, expresa Francisco.

Pero Francisco es optimista frente a los desafíos. Destaca que el equipo de trabajo del parque “es un equipo joven con ganas de hacer muchas cosas. Estamos abiertos a trabajar con las comunidades, que es nuestro fuerte en este momento, sobre todo en este importante proceso de mejoras a través de la Lista Verde. Seguiremos trabajando con los actores involucrados para conservar juntos el parque que es de todos”.

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